Scones de queso 😋🧀 — receta fácil

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2025-11-08 17:35
4.2
Scones de queso 😋🧀 — receta fácil
30
Tiempo Total
8
Porciones
289 kcal
Calorías

Introducción: qué son los scones de queso y por qué te encantarán

Introducción: qué son los scones de queso y por qué te encantarán

Los scones de queso son una versión salada del clásico scone británico: bollos rápidos, ligeramente hojaldrosos, con una miga tierna y una corteza dorada. A diferencia de los scones dulces que suelen acompañar el té, los scones de queso incorporan queso rallado, hierbas o especias para crear un bocado sabroso ideal para desayunos, brunches, meriendas o como acompañamiento de sopas y ensaladas. Su popularidad radica en lo rápidos que son de preparar y en la gran versatilidad de sabores: desde un cheddar fuerte hasta quesos suaves mezclados con cebollino o pimentón. Esta receta está pensada para ser fácil y reproducible en cualquier cocina doméstica: ingredientes simples, técnicas directas y pasos claros para asegurar scones esponjosos y con buena estructura. Al seguir esta guía aprenderás a manejar la masa sin trabajarla en exceso —clave para mantener la textura— y a regular el horneado según tu horno. Además de la receta base, te ofrezco variaciones (hierbas, quesos, opciones sin gluten) y consejos de conservación para que puedas preparar scones con antelación o congelarlos. Este artículo está optimizado para ayudarte a encontrar rápidamente la información esencial: lista de ingredientes con sustituciones, utensilios necesarios, proceso detallado paso a paso, tiempos y temperaturas, y consejos prácticos para mejorar el resultado. Si nunca has hecho scones antes, esta receta te dará confianza: notarás cómo la mantequilla fría y el trabajo mínimo crean capas suaves y una miga deliciosa que absorbe mantequilla o sopas con todo el sabor. Al final encontrarás ideas para presentación, maridajes y almacenamiento.

Ingredientes (cantidades y opciones de sustitución)

Ingredientes (cantidades y opciones de sustitución)

Para 8 scones medianos necesitarás ingredientes simples y fáciles de encontrar. Aquí tienes la lista con cantidades y alternativas recomendadas: - 350 g de harina de trigo (aprox. 2 3/4 tazas). Si quieres una opción más ligera, puedes usar mitad harina común y mitad harina de repostería; para una versión sin gluten usa mezcla para repostería sin gluten (asegúrate de que contenga goma xantana o añade 1/2 cucharadita). - 10 g de levadura química tipo polvo para hornear (aprox. 2 cucharaditas). - 1/2 cucharadita de sal fina. - 60 g de mantequilla fría sin sal, cortada en cubos (aprox. 4 cucharadas). Mantenerla muy fría es clave para la textura. - 150-180 g de queso rallado (cheddar maduro, gruyère, manchego curado o mezcla). Ajusta según tu preferencia; los quesos más húmedos (mozzarella) pueden alterar la textura. - 200 ml de leche entera o leche semi (aprox. 3/4 taza + 2 cucharadas). Puedes usar suero de leche (buttermilk) para una miga más tierna y sabor ligeramente ácido. - 1 huevo para la masa y 1 huevo batido para pintar (opcional) o simplemente leche para brillo. - Opcionales: 2 cucharadas de cebollino picado, 1 cucharada de tomillo fresco, 1/2 cucharadita de pimentón ahumado o una pizca de chile en copos. Sustituciones y notas: para una versión vegana sustituye mantequilla por margarina sólida refrigerada y usa leche vegetal espesa (soja o avena) más un sustituto de huevo tipo aquafaba o mezcla de linaza; usa un queso vegano que funda bien. Si quieres scones más ligeros, no trabajes demasiado la masa y refrigera 15 minutos antes de cortar las porciones. Ajusta la cantidad de leche según absorción de la harina: la masa debe ser algo pegajosa pero manejable. Estas cantidades dan scones con buen volumen y miga; si quieres scones más planos reduce ligeramente la cantidad de polvo de hornear y/o presiona las porciones antes de cortar.

Utensilios y preparación previa: claves para el éxito

Antes de empezar es útil tener a mano los utensilios correctos y preparar algunos pasos previos. Esto acelera el proceso y mejora el resultado final. Utensilios recomendados: - Horno y rejilla para hornear: precalienta a la temperatura indicada (ver sección de tiempos). Una piedra o bandeja gruesa ayuda a dorar bien la base. - Bol grande para mezclar y tamiz para la harina (opcional, pero ayuda a evitar grumos). - Rallador para el queso. - Cuchillo o cortador de masa: si no tienes cortador circular, usa un vaso metálico con borde recto o corta en triángulos con un cuchillo. - Espátula o tenedor para mezclar, y pasapurés o amasadora manual solo si es necesario. - Papel vegetal o tapete de silicona para hornear. - Rejilla para enfriar. Preparación previa: - Refrigera la mantequilla al menos 30 minutos antes de usar y mantenla fría hasta el momento de incorporarla. La mantequilla fría produce laminaciones y borde quebradizo. - Ralla el queso y refrigéralo también; el queso frío no se integra demasiado a la masa ni suelta humedad. - Precalienta el horno 15 minutos antes y coloca la bandeja dentro para que esté caliente: esto ayuda al levado y al dorado rápido. - Tamiza la harina con el polvo de hornear si es posible; añade la sal y mezcla para que la levadura química actúe uniformemente. - Si usas hierbas frescas, pícalas finamente y sécalas con papel para eliminar humedad que podría humedecer la masa. Técnicas clave: cuando incorpores la mantequilla a la harina, mezcla con las puntas de los dedos o con un cortapastas hasta obtener fragmentos del tamaño de guisantes: esto crea la textura hojaldrada. No trabajes la masa en exceso cuando añadas líquidos; mezclar solo hasta integrar evita que el gluten se desarrolle demasiado y que los scones queden duros. Si la masa queda demasiado pegajosa, usa una mesa ligeramente enharinada y refrigera 10-15 minutos antes de cortar las porciones.

Proceso de cocinado paso a paso: cómo hacer scones de queso perfectos

Paso 1: Mezclar los secos. En un bol grande combina la harina, el polvo de hornear y la sal. Remueve para distribuir de forma homogénea. Paso 2: Incorporar la mantequilla. Añade la mantequilla fría en cubos y, con las yemas de los dedos, un cortapastas o dos tenedores, mezcla hasta que la mezcla tenga textura arenosa con trozos del tamaño de guisantes. Estos trozos son los responsables de las capas en el scone. Paso 3: Añadir el queso y las hierbas. Incorpora el queso rallado y las hierbas secas o picadas. Mezcla de forma breve para que el queso quede distribuido uniformemente. Paso 4: Líquidos. En un recipiente aparte bate ligeramente el huevo con la leche (o el suero de leche). Añade los líquidos a la mezcla de harina y mezcla con una espátula hasta que la masa empiece a unirse. No amases: la masa debe quedar algo pegajosa pero manejable. Paso 5: Formar la masa. Vuelca la masa sobre una superficie ligeramente enharinada, junta con suavidad y presiona hasta obtener un disco de 3-4 cm de grosor. Si la masa está demasiado pegajosa refrigera 10 minutos. Paso 6: Cortar los scones. Con un cortador circular o un vaso enharinado corta los scones presionando sin girar para evitar que los bordes se sellen y el levado se vea afectado. Reúne los recortes y vuelve a formar hasta dos veces; cuanto menos repitas mejor será la textura. Paso 7: Barnizado. Pinta la superficie con huevo batido o con un poco de leche para conseguir brillo. Espolvorea un poco de queso extra si lo deseas. Paso 8: Horneado. Coloca los scones en una bandeja forrada con papel vegetal, separados para que el calor circule y hornea según el tiempo recomendado. Evita abrir el horno en los primeros minutos para no cortar el levado. Paso 9: Enfriado y servicio. Saca los scones cuando estén dorados y con una base bien cocida. Deja enfriar sobre una rejilla unos minutos antes de servir. Los scones están deliciosos templados con mantequilla o acompañando sopas y ensaladas. Estos pasos te ayudarán a conseguir scones de queso con buena elevación, textura interior tierna y corteza dorada y ligeramente crujiente.

Tiempos, temperaturas y señales de cocción

Temperatura estándar: hornea los scones a 200 °C (390 °F) en horno convencional. Si usas horno convección (ventilador), reduce la temperatura 20 °C (aprox. 180 °C / 350 °F) y vigila el tiempo porque el dorado será más rápido. Tiempo de horneado: para scones medianos de 3-4 cm de grosor, el tiempo típico es de 12 a 18 minutos. Empieza a revisar a los 12 minutos: la superficie debe estar dorada y al golpear ligeramente la base debe sonar a hueco. Si los scones son más grandes, añade 2-4 minutos. Señales para saber que están listos: - Color dorado uniforme en la parte superior y laterales. - Base ligeramente dorada y firme. - Textura interior húmeda pero esponjosa, no pastosa. Inserta un palillo en el centro: debe salir limpio o con migas secas. Ajustes por altitud y humedad: - En climas húmedos añade 1 cucharada extra de harina si la masa está demasiado pegajosa. - En climas muy secos reduce ligeramente el polvo de hornear por las características de levado. Pré-horneado: precalienta el horno al menos 15 minutos para asegurar una temperatura estable. Si prefieres un fondo más crujiente, calienta la bandeja dentro del horno antes de colocar los scones (con cuidado al transferirlos). Reposo y levado: los scones no necesitan levado largo porque usan polvo de hornear; sin embargo, un breve reposo en frío (10-15 minutos tras formar y cortar) puede mejorar la textura al permitir que la mantequilla se vuelva a endurecer y la levadura química actúe de forma más pareja. Consejo: controla la humedad del queso. Quesos muy húmedos pueden soltar líquido durante el horneado y humedecer el interior; si el queso está muy húmedo, sécalo ligeramente con papel o usa un queso más curado.

Presentación y servicio: cómo acompañar tus scones de queso

Presentación y servicio: cómo acompañar tus scones de queso

La presentación realza la experiencia de comer scones. Sirve los scones de queso templados para maximizar el aroma del queso y la sensación en boca. Algunas ideas de acompañamiento: - Mantequilla salada o con hierbas: una porción de mantequilla a temperatura ambiente, mezclada con cebollino o ajo en polvo, es clásica y deliciosa. - Mermeladas y chutneys: combina el sabor salado con algo dulce o ácido, por ejemplo mermelada de tomate, chutney de cebolla o mermelada de chile dulce para contrastes interesantes. - Sopas y cremas: los scones son perfectos como acompañamiento de cremas de calabaza, sopa de tomate rostizado o una sopa de champiñones cremosa. - Embutidos y quesos: crea una tabla simple con jamón serrano, salmón ahumado, queso crema o ricotta y rúcula para un brunch elegante. - Ensaladas: sirve scones calientes con una ensalada fresca de hojas verdes, vinagreta cítrica y tomates cherry para un almuerzo ligero. Ideas de emplatado: coloca 2-3 scones en una tabla de madera, añade pequeñas porciones de mantequilla y un cuenco con mermelada. Espolvorea un poco de cebollino fresco o perejil picado para color. Si vas a un brunch, prepara una cesta con servilletas limpias para mantenerlos templados. Maridaje de bebidas: los scones de queso combinan bien con té negro fuerte, café espresso, cerveza rubia ligera o una copa de vino blanco joven (como un Sauvignon Blanc) si los sirves en almuerzos. Para desayunos informales, un zumo de naranja natural o una limonada ligera funcionan muy bien. Consejos de servicio: corta los scones por la mitad y unta con mantequilla o queso crema para una experiencia cremosa. Si vas a servirlos en una mesa grande, mantén una bandeja con scones calientes debajo de una toalla para conservar el calor y la humedad adecuada durante 20-30 minutos.

Variaciones, combinaciones de queso y sustituciones creativas

Los scones de queso son una base fantástica para experimentar. Cambiando quesos, hierbas y complementos puedes obtener versiones sorprendentes. Aquí algunas variaciones para probar: Quesos y combinaciones: - Cheddar y cebollino: clásico y sabroso, ideal para un scone con carácter. - Gruyère con tomillo: versión más sofisticada, con sabor a nuez y notas herbales. - Manchego y pimentón: una combinación con sabor español, algo picante si añades pimentón dulce o ahumado. - Queso azul con nueces: para paladares más intensos, mezcla pequeñas cantidades de queso azul con nueces picadas. Ingredientes adicionales: - Bacon o panceta crujiente: añade trozos de bacon cocido y crujiente a la masa para un toque ahumado. - Jalapeños o chiles: un scone picante con queso cheddar y jalapeños para brunch con personalidad. - Semillas y cereales: espolvorea semillas de sésamo o amapola encima antes de hornear para textura. Opciones sin gluten y veganas: - Sin gluten: usa una mezcla de harinas sin gluten preparada para repostería que contenga goma xantana; ajusta líquidos porque estas harinas absorben distinto. - Vegano: sustituye la mantequilla por margarina sólida vegana muy fría y el huevo por una mezcla de linaza (1 cucharada de linaza molida + 3 cucharadas de agua por cada huevo) o aquafaba. Usa un queso vegano rallado que funda. Scones dulces con un twist salado: - Añade un poco de miel y uvas pasas junto con queso crema para una versión agridulce. Consejos para experimentar: cuando cambies quesos, considera la humedad y el punto de fusión del queso: quesos muy grasos o húmedos pueden afectar el levado. Mantén la proporción básica de harina a leche para preservar la textura y adapta pequeñas cantidades al principio para pruebas.

Almacenamiento, recalentado y consejos finales para conservar frescura

Almacenamiento a corto plazo: guarda los scones completamente enfriados en un recipiente hermético a temperatura ambiente hasta 2 días. Para preservar la corteza ligeramente crujiente, envuélvelos en una toalla de cocina ligera dentro del recipiente; así evitarás que se humedezcan demasiado. Congelación: los scones se congelan muy bien. Enfría totalmente, envuélvelos individualmente en film o papel film y colócalos en una bolsa hermética para congelador hasta 2-3 meses. Para hornear desde masa cruda: corta los scones, colócalos en una bandeja y congélalos sin hornear; una vez congelados pásalos a bolsa y hornéalos directamente desde congelados añadiendo 3-5 minutos al tiempo de horneado. Recalentado: para recuperar la textura, calienta en horno precalentado a 160-170 °C (320-340 °F) durante 6-8 minutos. Evita microondas si buscas mantener la corteza, pero si necesitas rapidez, calienta 15-20 segundos en microondas y luego dora 1-2 minutos en una sartén o en horno para recuperar el crujiente. Consejos finales: - No trabajes en exceso la masa: mezclar más desarrollará gluten y hará los scones densos. - Mantén ingredientes fríos: mantequilla y queso fríos son clave para textura hojaldrada. - Usa un cortador sin girar: presiona recto hacia abajo para permitir un mejor levado. - Ajusta la hidratación: si la masa parece demasiado seca, añade cucharadas extra de leche; si está muy pegajosa, refrigera y espolvorea un poco de harina. Despedida y llamada a la acción: ahora que conoces la técnica, anímate a probar distintas combinaciones de quesos y hierbas. Comparte esta receta con quienes disfruten del pan casero y prueba a preparar scones para tu próxima reunión o brunch. Si te quedaron dudas o quieres una versión adaptada (sin gluten, vegana o con ingredientes locales), pregúntame y te doy la receta ajustada paso a paso.

Ingredientes

  • 🥚 1 huevo
  • 🥛 100 ml de leche
  • 🌾 280 g de harina leudante
  • 🧂 1 pizca de sal
  • 🧀 100 g de queso rallado (el que prefieras)
  • 🧈 80 g de manteca (mantequilla) fría
  • 🥚 Yema de huevo o leche para pincelar

Instrucciones

1. Precalienta el horno a 180°C.

2. En un bol grande, tamiza la harina junto con la pizca de sal. Añade el queso rallado y la manteca fría en trozos pequeños.

3. Con las manos, desmenuza la manteca junto con la harina y el queso hasta lograr una textura arenosa.

4. En otro recipiente, bate ligeramente el huevo con la leche.

5. Vierte la mezcla líquida sobre los ingredientes secos y mezcla suavemente hasta que la masa esté integrada, evitando amasar demasiado para que los scones queden tiernos.

6. Coloca la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y extiéndela con un rodillo hasta obtener un grosor de aproximadamente 1,5 cm.

7. Corta los scones con un cortante redondo de 5 cm de diámetro.

8. Dispón las piezas en una bandeja para horno previamente enmantecada o con papel de hornear.

9. Pincela la superficie de los scones con yema de huevo o leche para que adquieran un bonito brillo al hornearse.

10. Hornea durante unos 20 minutos o hasta que estén dorados y cocidos por dentro.

11. Saca del horno y deja reposar unos minutos antes de servir para disfrutar unos deliciosos scones de queso.